He estado por las bellas tierras extremeñas de Cáceres y Badajoz compartiendo unas charlas y talleres con las mujeres y algunos hombres de la red de atención extremeña a las mujeres víctimas de violencia de género. El objetivo era aportar nuevas herramientas que se sumen a las ya existentes para atender a las mujeres que sufren esta lacra social.

Y hemos hablado de coaching y de empoderamiento y sí hay una mirada que empodera, una mirada que recupera el coraje de Artemisa que dice así.

“Soy la voz rebelde contra todos los estereotipos y prejuicios.

Soy el grito de guerra contra toda dominación masculina, contra todo abuso de poder, contra toda forma de violencia hacia las mujeres.

Soy siempre joven y fascinante. Mi espíritu es indomable y mi corazón grande.

No tolero estereotipos ni patrones.

Surjo con fuerza cuando llega el momento de renovar la propia identidad de mujer. ¿Quién soy? ¿quién quiero ser? ¿cómo quiero vivir?…¿qué necesito? ¿cómo puedo conseguirlo? ¿quién puede ayudarme?…

Rasgo las camisas de fuerza que hacen a las mujeres sentirse pequeñas, o incapaces, o inseguras, o eternamente carentes de algo.

Doy coraje para enfrentar y afrontar el cambio y las transformaciones.

Re-conectando con un yo femenino profundo, con nuestro conocimiento intuitivo. Con nuestros instintos, con nuestros sentimientos profundos.

Y doy la fuerza para romper los límites y para liberarnos, confiando sobre todo, en nosotras mismas”

Gracias a las mujeres que han compartido conmigo estos días, gracias por su trabajo, gracias por su pasión y por su apertura para recorrer nuevos caminos.