Este es el primer artículo del año, así que me propongo contestar a una “sencilla” pregunta: Si nos preguntasen cuáles son las cosas sencillas que hay en nuestra vida, ¿qué responderíamos? 

Esta es mi respuesta:

Despertar cada mañana, y sentir ese instante del que no siempre puedo ser consciente, que me dice que la Vida me regala un nuevo día. Abrir el grifo por la mañana y sentir el agua fresca entre mis manos. Sentarme en mi banquito de meditación y cerrar los ojos, respirando, sintiendo, observando y asumiendo mi mente inquieta y adicta a ciertas historias y fantasías. El olor del pan recién tostado, el frescor del primer sorbo del zumo de naranja, el sabor del primer sorbo de te. El calor de la mirada de mis seres queridos y amados, aquellos que veo cada día y que cada día me sorprendo por ser tan afortunada. Asombrarme de la capacidad de movimiento de mi cuerpo, aunque a veces duela y se resista. Sentir el aire fresco de la mañana rozando mi rostro. Mirar al cielo y ver las nubes, los pájaros, escuchar sus trinos. Sentir el calor al cerrar la ventana. Abrigarme cuando siento frío. Abandonarme en un abrazo calentito y sentido. Calmar la sed bebiendo un vaso de agua fresca. Disfrutar de la complejidad de sabores que me proporciona la lengua en cada bocado. Poder hablar cuando tengo cosas agradables que decir y también poder hacer silencio y estar conmigo si lo necesito. Sentir como el pecho y el abdomen se expanden con la inspiración y poder descansar ahí unos instantes. Reírme cuando siento el corazón alegre y llorar cuando la tristeza llama a la puerta. Sentirme viva, sentirme viva, llenarme de agradecimiento y compasión. Ser capaz de amar y ser amada. 

Me siento gratamente sorprendida, porque lo que acabas de leer no estaba previsto, ha ido saliendo y creándose momento a momento y siento que podría seguir escribiendo muchísimo más. Y sí, todo son cosas sencillas y cotidianas y llenas de sentido para mi. Y me doy cuenta de que esto es lo que quiero en mi vida, esta sencillez, esta forma de vida en armonía con lo más profundo de mi ser. Doy las gracias al Mindfulness que me ha ayudado a conectar con ello, desde el corazón, no desde el intelecto, no desde el deber ser, si no, desde el Amor a la Vida y el profundo agradecimiento por ella.

Te deseo armonía y paz en tu vida para este nuevo año que acaba de comenzar